La necrópolis romana de Barcelona, consta de 95 tumbas de los siglos II y III d. C. Se trata de enterramientos que quedan al descubierto entre parterres a un nivel inferior y que están situados a ambos lados de una de las vías secundarias de entrada a la ciudad romana de Barcino (Barcelona).
La mayoría de las tumbas son «cupae», un monumento funerario de sencilla construcción. La necrópolis se sitúa fuera del recinto amurallado romano, ya que la ley prohibía los enterramientos en la ciudad. Está situada en la Plaza de la Vila de Madrid, en frente de la fachada del Palacio Sabassona (Ateneu Barcelonés), donde se sitúa la fuente-monumento de la «Maja Madrileña», y donde hay una franja pavimentada con un pórtico-mirador hacia la zona de las tumbas.
Junto a la zona arqueológica se localiza un Centro de Interpretación, que alberga los objetos localizados en el yacimiento y explica la organización del territorio de Barcino, vías, caminos y también el complejo mundo funerario romano, a través de los ritos documentados en la necrópolis. Se han encontrado cinco tipos diferentes de enterramientos funerarios: Cupaes o urnas, estelas, túmulos cónicos, ánforas usadas como féretro o un simple hoyo en el suelo.
Se sabe que esta necrópolis se hallaba en una zona ajardinada, lo que hace que se hayan deteriorado mucho a la intemperie, tanto las inscripciones de las placas como las pinturas con que se decoraban las tumbas.