Una de las mayores curiosidades de la montaña de Montjuïc, es el Faro. Un faro desde el cual podemos divisar toda la zona del puerto de la ciudad de Barcelona, así como el entramado de vías por las cuales llega toda la mercadería a la ciudad.
En 1915 sus lámparas se sustituyeron por una lámpara incandescente de 3000 velas visible desde una distancia de más de 50 km. Con la iluminación resuelta, en 1917 se aprobó el proyecto final y se lo encargó al ingeniero don José Cabestany; durante años las obras se retrasaron, ya que se había hecho cada vez más difícil adjudicar un proyecto que nunca llegaba a ser primero en la lista.
Los trabajos de la estructura que conocemos hoy en día comenzaron en 1922 y se iluminó por primera vez el 31 de agosto 1925 parpadeando dos haces cada 10″ en un rango de 40km, a 108 metros sobre el nivel del mar.