El Gato, escultura del artista colombiano Fernando Botero, fue adquirido en 1987 por el Ayuntamiento de Barcelona. Hasta su final asentamiento en 2004 en la recientemente creada Rambla del Raval, se ha mudado en varias ocasiones. Ha viajado por Barcelona desde entonces paseando por el Parque Ciutadella, el Estadio Olímpico en 1992 y Plaza Blanquerna para finalmente llegar a su actual ubicación.
Como todas las obras nacidas de las manos de Botero, El Gato tiene una elegante presencia. En su actual ubicación tiene mucha perspectiva ya que sus formas voluptuosas son visibles desde cualquier punto de la Rambla. Lo encontraremos en la esquina sur de esta avenida, bajo la sombra de las palmeras. Desgraciadamente, como sucede con cualquier obra de arte urbano, a menudo es objeto de vandalismo, sobre todo en un barrio como este.
Aunque es una figura robusta, de dimensiones colosales, rasgo muy propio de Botero, cada tanto desaparece el bigote que adorna el hocico. Este gato es tan curioso como así también su encuentro inesperado.