El mercado de Santa Caterina fue inaugurado en 1848 y es el resultado de un proyecto de renovación urbana de la zona. Fue el primer mercado cubierto de la ciudad localizado en el distrito de Ciutat Vella, en la avenida Francesc Cambó.
Con el fin de erigir el mercado, las tierras del convento de Santa Caterina fueron concedidas al Ayuntamiento de Barcelona luego de su demolición. Su estructura se compone de un conjunto de bóvedas irregulares de madera, una bi-articulada mientras que las otras son tri-articuladas, apoyándose en vigas de acero de extensiones variables y una directriz apoyada a su vez por otro conjunto de vigas y pilares de hormigón.Para evitar su caída, un conjunto de tres grandes arcos de un palmo de 42 metros aseguran las vigas de acero desde el centro. Del antiguo mercado solo quedan preservadas sus puertas de entrada.
El diseño arquitectónico es obra de Enric Miralles y Benedetta Tagliabue y la espectacular exposición de mosaicos de colores que cubren su techo fue diseñado por el artista Toni Comella. Desde su creación en 1997 hasta la finalización de su construcción en 2005, José María Velasco Rivas fue el ingeniero a cargo de la estructura del techo. La esencia de este proyecto radica justamente en su diseño, que alude a la metáfora de un vasto mar cubierto con los colores nacidos de frutas y verduras. También tiene elementos ya empleados en la Escuela Superior de Música de Hamburgo.
Este techo se ha convertido en lo más importante de la fachada de este edificio, con el desafortunado inconveniente de que sólo es visible desde arriba. Por el momento, aún no se ha considerado la idea de crear un punto panorámico que nos permita contemplarlo en su totalidad.