Desde su origen, el mercado de la Barceloneta ha tenido un carácter eminentemente marinero y pescador debido al barrio donde se encuentra. Inicialmente era un mercado al aire libre situado en la plaza de San Miguel.
El nuevo mercado reformado de la Barceloneta está llamado a convertirse en un potente referente comercial, arquitectónico y gastronómico. El proyecto, del arquitecto Josep Miàs, mano derecha del desaparecido Enric Miralles, ha preservado la estructura original del edificio, que data de 1884 y es obra de Antoni Rovira i Trias.
El mercado dispone de dos restaurantes de alto nivel y se basan en la cocina marinera y de alta calidad. Otro de los factores diferenciadores de este mercado es que es el primero de Barcelona que de manera estructural integra placas solares fotovoltaicas, que producen 30 kilovatios por hora, una energía que cubre el 40 por ciento del consumo energético total del mercado.
En el capítulo de responsabilidad social, el mercado tiene en funcionamiento el Plan de Separación de Residuos y Reciclaje, por el que recibió un premio de la Generalitat de Catalunya. Arquitectónicamente, el mercado también llama la atención porque se ha restaurado la estructura metálica del viejo hierro forjado original de la época y se han incorporado elementos modernos y funcionales.
El nuevo mercado cuenta con ascensores, climatización y dos plantas subterráneas que albergan el muelle de descarga. Hay todo tipo de establecimientos : ocho de pescado- teniendo en cuenta el carácter marítimo del barrio- , ocho cárnicos , cuatro de fruta y verdura , uno de pescado salado , uno de congelados , uno de legumbres , un horno de pan , dos bares y cinco establecimientos no alimentarios.
Cabe destacar la larga tradición del mercado en el barrio y la historia de la Barceloneta , un barrio que surgió con la llegada de los vecinos del barrio de la Ribera que después de 1714 fueron expulsados de sus casas y se integraron en este nuevo barrio