Obra del arquitecto catalán Lluís Domènech i Montaner, un entusiasta del modernismo catalán, encontramos un lugar único compuesto de varios edificios rodeado de jardines, en pleno distrito de la Eixample de Barcelona, el Hospital de la Santa Creu I Sant Pau.
La construcción del proyecto se realizo en dos ciclos, claramente dividido entre el año 1902 y 1930. La primera fase se desarrolló entre los años 1902 y 1913, se construyeron tres edificios modernistas, mientras que en la segunda fase, con un claro desfase en el tiempo, obra que ya realizó el hijo del arquitecto, Pere Domènech, donde se construyeron seis edificios más, marcados por un modernismo más moderado.
Gracias a esta gran infraestructura, hoy goza del privilegio de ser uno de los mayores complejos nacidos del modernismo catalán. La previsión de la obra, con un tamaño de amplitud de 300×300 metros cuadrados, equivale al de nueve manzanas en pleno barrio del Eixample.
La composición final del proyecto consta de un edificio principal, dedicado a los trámites administrativos y 27 pabellones que dan cabida a todos los trabajos orientados a las áreas médicas y de enfermería, las cuales están ambientadas entre pequeñas calles y zonas ajardinadas, lo cual le da un aire de mayor tranquilidad.
Cada edificio o pabellón, tiene una particularidad diferente, el principal, situado en la puerta de entrada, está compuesto de ladrillo terminado en forma de torre con un fabuloso reloj de hierro que sirve como lugar de encuentro.
Otra peculiaridad es que todos los pabellones, poseen un pasadizo que los mantiene comunicados entre sí, con el fin de facilitar tanto el traslado de los pacientes como la organización interna. El pabellón principal fue diseñado con el fin de albergar un jardín medicinal y proveer al Hospital de Sant Pau de remedios naturales.
Al entrar al complejo observamos que existe una división de género en los pabellones, unos dedicados a santos y otros a vírgenes, puesto que la idea era mantener los pabellones de la derecha a los varones y en los de la izquierda a las damas, en la misma entrada, existe una entrada para cada uno de los sexos que pese que hoy no se lleva a la práctica siguen existiendo.
El arquitecto se preocupó para qué existiera una gran concordancia y consonancia en la construcción del complejo, siendo los pabellones mas bajos a la entrada y creciendo en su altura progresivamente para obtener una mejor visión del complejo, haciendo que nuestro camino por el recinto sea mucho más agradable.
Gracias al gran trabajo realizado y pese a que el resultado final dista mucho de la idea principal, consiguió numerosos premios y fue declarado en el año 1997, patrimonio de la humanidad por la UNESCO.