El Colegio de las Teresianas es una obra del arquitecto modernista Antoni Gaudí. Situado en la antigua localidad de San Gervasio de Cassolas (hoy parte integrante de Barcelona, Distrito de Sarría-Sant Gervasi), fue concebido por San Enrique de Ossó para alojar un colegio y el convento de la Congregación de Religiosas Teresianas, que él mismo había fundado.
Utilizando el argumento que el ladrillo no era caro, y que no había gran diferencia de costes en colocar las piezas de una forma o de otra, fue creando elementos decorativos donde le fue posible, tanto en el exterior como en el interior. También incorporó a la fachada rejas de hierro forjado, uno de sus materiales preferidos, y la coronó con un conjunto de almenas que sugieren un castillo, posible alusión a la obra de Santa Teresa, el castillo interior.
En los ángulos de la fachada figuran unos pináculos de ladrillo con una columna helicoidal culminada con la cruz de cuatro brazos, típica de las obras de Gaudí, y con unos escudos de cerámica con diversos símbolos definitorios de la orden teresiana: el monte Carmelo coronado por la cruz, el corazón de la Virgen coronado por espinas y el de Santa Teresa atravesado por una flecha.
En el interior existe un pasillo que es famoso por la sucesión de arcos catenarios que contiene. Estos arcos de líneas elegantes no son meramente decorativos, sino que tienen la función de sostener el techo y la planta superior. Gaudí utilizó el arco en parábola como elemento constructivo idóneo, capaz de aguantar pesos elevados mediante perfiles poco gruesos.