El Cementerio de Poble Nou se encuentra en el mismo barrio que le da su nombre, aunque también es conocido como el Cementerio General de Barcelona, Cementerio del Este, Cementerio Levant e incluso el Antiguo Cementerio. Se pensó como una solución a los problemas sanitarios que afligían a los habitantes de Barcelona que literalmente vivían uno encima del otro, rodeado por tumbas parroquiales, cerrado tras los muros de la ciudad.
Fue inaugurado en 1775 por el Arzobispo de Barcelona, Josep Climent i Avinent en un terreno abandonado cerca de la playa de la Mar Bella convirtiéndose en el primer cementerio que se construyó fuera de los muros de la ciudad. La puerta principal está situada en el número 2 de la calle Taulat en el otro extremo de la Avenida Icària.
El cementerio fue destruido por las tropas de Napoleón y en 1813 se le solicitó al joven arquitecto italiano Antonio Ginesi que realizara la construcción de uno nuevo que contó con la bendición del Arzobispo Sitjar el 15 de abril de 1819. Desde su inauguración ha tenido una gran cantidad de remodelaciones y ampliaciones, la más significativa es la de 1849 cuando Joan Nolla agregó un mausoleo donde se reunieron las obras de famosos arquitectos y escultores de la época. En este lugar se hace evidente el deseo que tenía la burguesía barcelonesa de mediados del siglo XIX de demostrar su riqueza y opulencia incluso en el momento de su muerte.
En 2004 se creó La Ruta de los Cementerios para dar a conocer el atractivo cultural y turístico de los cementerios de Barcelona. Dentro de esta ruta los sitios más destacados son el Cementerio Poble Nou y el Cementerio de Montjuïc.