La Casa Batlló está situada, en la conocida Manzana de la Discordia, exactamente en el número 43 del Passeig de Gràcia de la ciudad de Barcelona.
Pese a que el proyecto principal fue remodelar la Casa Batlló, entre los años 1904 y 1906, no podía ser de otra manera, que el arquitecto Antoni Gaudí empleará su genio y destroce para llegar a conseguir un pieza única para la ciudad.
La idea de conseguir un edificio funcional diferente, hizo que la calidad de la luminosidad y la ventilación fueran extraordinarios, para ello, teniendo en cuenta que era un edificio de apartamentos, creo un patio central en pleno corazón del edificio con el fin de cumplir con los requisitos indispensables dentro de la ciudad, y hacer de el un lugar sano y confortable.
Dispuesto de esta manera, creo las habitaciones y salas de estar orientadas a la fachada y el resto de dependencias con orientación al patio. Desde el patio central construyó las escaleras y ascensores para poder acceder a cada una de las ocho plantas, estando cuatro de ellas ambientadas para ser alquiladas y la planta superior para el uso y disfrute de la vida de la familia Batlló.
Su estructura exterior dotada de unas voluminosas columnas y construida con piedra arenisca extraída de la montaña de Montjuïc, así como el gran trabajo de carpintería realizado y la puesta a punto de la forma circular de los vidrios de colores, le dieron esa característica principal que tienen todas las obras de Gaudí, la excelencia.
La principal característica de su fachada es que el arquitecto la diseño basándose en las olas del Mediterráneo y la silueta de la montaña de Montserrat, a partir de darle forma con sus propias manos al yeso utilizado para después emplear su técnica del famoso «trencadís».
Sus perfecto balcones realizados con hierro fundido y recubiertos de pigmentos color marfil, así como los efectos visuales que todo ello produce al ojo humano, lo convierte en un edificio único en Barcelona.