Intimidad y cercanía son dos ingredientes esenciales del restaurante Capritx, feudo del chef Artur Martínez. La capacidad del local es de tan solo 14 comensales, perfectamente atendidos en todo momento.
Ofrecen un menú degustación que ellos mismos definen como producto de una cocina ligera, desnuda, limpia y franca, en el que cada plato está elaborado con los ingredientes estrictamente necesarios, sin añadidos superfluos.
¿Qué podemos comer en el Capritx? Pues, por ejemplo un mi cuit de Bacalao, un salmorejo de gamba de Palamós, uno tallarines de calamar al pil pil o una variedad de quesos artesanales de Cataluña.
Un lugar ideal para ir a disfrutar de la cocina catalana en un ambiente muy íntimo y familiar.