El origen del barrio de Sants se estima alrededor de mediados del siglo XIX. Lo que antes era un camino rural que conectaba esta zona a la ciudad de Barcelona, por donde los campos de trigo se asentaban de lado a lado con huertas, hoy en día es una carretera comercial, la más larga de Europa con un total de 4 kilómetros de tiendas.
Vaticinando un gran impulso industrial, sus huertos y campos dieron paso a uno de los centros industriales más importantes de la Europa industrial. A pesar de este crecimiento urbano, el barrio ha conservado su fisonomía original, esta sensación de la clase obrera que le permitió establecer una relación continua con la ciudad de Barcelona.
Posee tres fábricas textiles principales: Vapor Vell, España Industrial y Can Batlló que le dieron a Sants un papel destacado en la industria textil. Además, permitió la construcción de vías mercantiles utilizadas para comenzar a instalarse; lo cual llevó a la construcción de una pequeña ciudad anexa a Barcelona.